Perfil Urbano
Enclavada entre altivas y fuertes montañas - Las Mitras,
La Silla, la Sierra - Monterrey, "ciudad de perfiles", como le
ha llamado algún poeta, no se ha hecho uraña e inhospitalaria,
como solía ocurrir a las poblaciones geograficamente aisladas. No
lo fué antes de que los caminos de tierra y aire le dieran fácil
acceso, menos ahora que la aviación y las carreteras facilitan la
comunicación.
De sus serranias, Monterrey solo ha aprendido firmeza, resistencia,
dignidad. La montaña, aquí, no ha sido obstáculo sino
estímulo.
Al desafío del medio ambiente, el regiomontano dió
su vigorosa respuesta. Esta respuesta ha sido y sigue siendo Monterrey :
"capital industrial de México" - por la importancia de
sus grandes industrias - y urbe universitaria.
No tiene, el paisaje regiomontano, ese aspecto sonriente de
los fértiles valles y de las vegas del sur mexicano. Es de piel reseca
y de lineas enérgicas. Nos pone, subitamente, ante el recuerdo de
ese tercer día que nos describe el Génesis. A veces, parece
surgir de la piedra un extraño afán de verticalidad afilada y majestuosa.
Surge entonces, camino del cielo, ese paisaje gótico de la Huasteca.
Quien se adentra en tierra regiomontana, a primera vista poco acogedora,
encuentra que sus habitantes son cordiales, francos y hospitalarios.
Monterrey se transformó de modesta villa a gran metrópoli
por obra y gracia de un gobernador visionario de gran clase - el padre del
escritor Alfonso Reyes - que fué el Gral. Bernardo Reyes.
En Monterrey la hora es la hora y la palabra es la palabra. Se cree en las fábricas,
en el valor del fecundante esfuerzo y en la educación.
Arquitectonicamente,Monterrey se enorgullece de su Iglesia de la Purísima - que mereció
un premio internacional de arquitectura -, de su funcional y bien enclavado
- en la macroplaza - nuevo Palacio Municipal, y de su antiguo Obispado -
el mejor tesoro colonial que los regiomontanos guardan con gran cariño
- que se yergue desde su colina con la serena alegría religiosa.
Cúpula amplia y ochavada. Churrigueresca fachada del siglo XVIII.
Museo y testigo de la heróica defensa contra el invasor norteamericano.
Monterrey no es solo ciudad de chimeneas y silbatos fabriles,
cuenta con bellas y modernas colonias residenciales, con el mejor Planetario
de América Latina y con el gran Teatro de la Ciudad.
En esta "Abeja", antes que Sultana del Norte está
forjado y forjándose el mejor estoicismo de México.
Lic. y Dr. Agustin Basave
Fernandez del Valle.
Vocación y Estilo de Mexico.
1989, Editorial Limusa, S.A. de C.V.
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